25 feb 2012

La paridad del poder adquisitivo (PPA) y lo que dijo Bill Gates


En los diarios de la ciudad de Lima una noticia causó asombro. Me refiero a lo manifestado por  Bill Gates a un diario español.  Dijo que el Perú es un país que tiene un ingreso medio, léase per cápita, de 10,000.00 dólares y que por tanto no es necesario que reciba ayuda extranjera.

Al respecto, el Instituto Peruano de Economía, IPE,  señaló que un diario limeño de tendencia de izquierda, publicó, entre otras ideas, lo siguiente:

"Bill Gates usa cifra errónea del PBI para pedirle a España que no ayude al Perú".

Estas palabras lanzan el mensaje que Bill Gates no solamente es un ignorante manejando cifras económicas sino que se atreve a decir que el Perú ya no necesita ayuda del exterior.

Y más allá que si la cifra del PBI per cápita es la correcta o no, me parece que si un país o institución quiere ayudar a financiar un programa para aliviar la extrema pobreza, está en su derecho.

Esto último es un tema controvertido, me refiero a definir si necesitamos o no ayuda externa. Al respecto, debemos tener en cuenta que Bill Gates ha donado en muchas oportunidades computadoras a  universidades nacionales de los EEUU.  

Sin embargo, tiene razón Gates cuando nos dice que nuestro país está en condiciones de solucionar el problema de la pobreza. De eso no hay duda. La creación de más empresas, la tecnificación de nuestros procesos productivos y una población mejor educada  e incentivada a ser ordenada, nos llevará a ser un país desarrollado.

En cuanto a la cifra económica de 10,000 dólares de PBI per cápita, el IPE, y también el diario El Comercio, el jueves 23 de febrero, manifestaron que  Gates no se  equivocó debido a que utilizó un dato cuya estimación se basa en un tipo de cambio que es diferente al que nosotros tenemos en nuestro mercado cambiario. 

Se trata de un tipo de cambio que permite comparar dólares que circulan en  diferentes países. Para explicar este concepto, recurrimos a unos ejemplos utilizando una economía imaginaria.

Tomemos un bien que es idéntico en Perú y en los EEUU. Me refiero a la hamburguesa Big Mac. Asumimos que en Lima este bien tiene un precio de 15 nuevos soles y en Orlando, 10 dólares. El Big Mac se produce de manera idéntica en ambas economías y se puede comercializar libremente, pudiéndose presentar lo que se conoce como el “arbitraje de precios”.

De darse todas estas condiciones, existirá un tipo de cambio de tal manera que ambos bienes tengan el mismo precio en dólares o en nuevos soles. Luego planteamos la siguiente igualdad:

S/.15.00 = 1.5 x $10.00

En esta economía imaginaria, el tipo de cambio debe ser 1.5 nuevos soles por dólar.

Asumimos dos escenarios: el primero con un tipo de cambio de un nuevo sol por dólar; el segundo escenario con un tipo de cambio de 5 nuevos soles por dólar.

En el primero,  el tipo de cambio está muy bajo, lo que significa que la moneda nacional está muy fortalecida o apreciada. En el segundo, la moneda nacional está depreciada o debilitada. Estas conclusiones se basan en que el tipo de cambio debe ser de 1.5 nuevos soles por dólar, dado los precios en ambos países de la Big Mac.

Siguiendo con nuestro ejemplo, asumimos que un limeño llamado Sergio tiene un ingreso de 1,000 nuevos soles y que el tipo de cambio es 5 nuevos soles por dólar (segundo escenario). Si Sergio compra dólares entonces su ingreso será de 200 dólares. Sin embargo, independientemente del valor del tipo de cambio, él podrá comprar 66 hamburguesas. .

Si Sergio viaja a Orlando, podrá adquirir tan solo 20 hamburguesas. Vemos así que existe una diferencia en la capacidad adquisitiva en Orlando cuando utiliza los dólares comprados en Lima.

¿Cómo es posible que en Lima pueda comprar 66 hamburguesas y en Orlando solamente 20? Ahí está el meollo. Sergio debería  poder adquirir  66 hamburguesas tanto en Lima como en Orlando dado su ingreso de 1,000 nuevos soles. Y si no lo puede hacer es porque el tipo de cambio de 5 nuevos soles por dólar es muy alto, está distorsionado. La moneda nacional está muy depreciada o debilitada en cuanto a capacidad adquisitiva se refiere.
Sin embargo, si queremos saber la capacidad adquisitiva de Sergio en relación a cuantas hamburguesas puede comprar en Orlando de tal manera que este resultado sea el mismo que en Lima, tenemos que usar «otro» tipo de cambio, el que estimamos al inicio, me  refiero a 1.5 nuevos soles por dólar.

Éste es aquel que iguala a la Big Mac tanto en Lima como en Orlando, cada una en su respectiva moneda. En otras palabras, la Big Mac en Lima debería costar 10 dólares igual que en Orlando. Pero no es así en nuestra economía imaginaria.

Luego, si los 1,000 nuevos soles los convertimos en dólares utilizando el tipo de cambio de 1.5 nuevos soles por dólar obtenemos 666 dólares. Con este dinero, Sergio, hipotéticamente,  podrá comprar 66 hamburguesas en Orlando, justamente igual que en Lima

¿Cómo se interpretan los 666 dólares? Es un ingreso en dólares de los EEUU considerando la paridad del poder adquisitivo, PPA[1]. En otras palabras, es el ingreso «equivalente» en dólares que le permite tener a Sergio la misma capacidad adquisitiva de Big Mac tanto en Lima como en Orlando.

Si un diario de los EEUU dice que el ingreso de Sergio es de 666 dólares y otro diario peruano  dice que es de 200 dólares entonces existirá una tremenda confusión para los lectores. Lo que está sucediendo es que el primero está utilizando la paridad del poder adquisitivo y el segundo, no.

Regresando a nuestro ejemplo numérico, podríamos establecer que los 200 dólares en Lima, convertidos a moneda nacional con el tipo de cambio del mercado (segundo escenario), tienen la misma capacidad adquisitiva que 666 dólares en Orlando porque con ambos podemos comprar 66 hamburguesas en ambas ciudades.

Pero amigo lector, no vaya usted a pensar que 200 dólares comprados en Lima  automáticamente se convierten en 666 dólares en la ciudad de Orlando. Ojalá sea así. En la realidad, este artificio de la paridad del poder adquisitivo solamente juega para una canasta de bienes “idéntica” en ambos países. Pero como todo cálculo estadístico trabaja con promedios, entonces nunca será exacto. Por tanto es referencial sobre todo para tener una idea  si el tipo de cambio local está distorsionado o intervenido.


Veamos otro  ejemplo. Se desea comparar el ingreso de Sergio con el ingreso de Donald. Ambos tienen el mismo tipo de trabajo. Entonces queremos determinar quién gana más y en que medida. El primero gana 1,000 nuevos soles en Lima y el segundo  gana 800 dólares en Disney. ¿Cómo comparamos ambos ingresos?  Nuestro sentido común nos diría que tendríamos que convertir el ingreso de Sergio a dólares (segundo escenario).

De ser así, Sergio ganaría la cuarta parte que Donald. Pero si utilizamos la paridad del poder adquisitivo en las cifras, entonces, Sergio tendría una renta de  666 dólares. La diferencia es notable.

¿Qué pasaría si Disney le ofrece un trabajo a Sergio y éste acepta siempre y cuando tenga una renta en Orlando con la misma capacidad adquisitiva que tiene en Lima? ¿Qué renta deberá tener Sergio? La respuesta es la misma que la señalada líneas arriba.

En cuanto al PBI per cápita que utiliza la paridad en el poder adquisitivo, el mismo que planteó Gates, es mucho mayor que el que se publica normalmente, que asciende aproximadamente a 6,000 dólares.

Con las cifras del párrafo anterior y siguiendo la lógica de nuestros ejemplos,  podemos deducir que nuestra moneda está depreciada frente al dólar, algo muy diferente a lo que pensamos porque todavía tenemos en la memoria  un tipo de cambio de 3.5 nuevos soles por dólar. Pero este valor ya es historia.

Ahora, la pregunta es ¿por qué nuestra moneda se encuentra debilitada, depreciada o mucho mayor que el de la paridad de poder adquisitivo? O simplemente, ¿por qué el tipo de cambio no es menor?

El Banco Central de Reserva tiene la respuesta.



[1] “El índice Big Mac de The Economist se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo en virtud del cual los tipos de cambio se deberían ajustar para equiparar el costo de una canasta de bienes y servicios, sin importar el lugar del mundo en el que se compre”. Análisis de los indicadores económicos, The Economist, Buenos Aires, 2008, página 152

                                                                       Lima, 25 de febrero  2012