El objetivo de la ley, plasmado en el artículo 1,
es el siguiente:
“La presente ley tiene por objeto la promoción y
protección efectiva del derecho a la salud pública, al crecimiento y desarrollo
adecuado de las personas, a través de las acciones de educación, ………..la
implementación de kioscos y comedores saludables en las instituciones de
educación básica regular y la supervisión de la publicidad, la información y
otras prácticas relacionadas con los alimentos y bebidas no alcohólicas
dirigidas a los niños, niñas y adolescentes para reducir y eliminar las
enfermedades vinculadas con el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades
crónicas como no transmisibles”
Podríamos decir que el espíritu de la ley en el
fondo es bueno pero la estrategia a ser seguida por el gobierno está lejos de
ser la mejor.
Veamos algunos de los artículos.El cuarto artículo explica que el gobierno promocionará la educación saludable a través de los organismos competentes. Esto me parece plausible.
Sin embargo el octavo artículo es sumamente
preocupante dado que demuestra la voluntad del gobierno de inmiscuirse en la
publicidad de las empresas privadas. Primero, considera que los niños están
solos sin sus padres y que éstos no son capaces de decirles a sus hijos la
comida que les puede hacer daño. Este es un tema de responsabilidad familiar y
no estatal. Segundo, plantea que la publicidad no debe crear una “sensación de
urgencia o dependencia”. Este es un supuesto heroico dado que se está
generalizando como si todas las personas fuesen iguales. La publicidad no crea
dependencia porque no es una droga. Tercero, la publicidad no debe crear una
sensación de superioridad si se consume cierto producto o de inferioridad si no
está al alcance de los niños. En este
caso, el legislador seguramente es sicólogo
puesto que está asumiendo que la publicidad puede manipular nuestras mentes.
Quizás en un país comunista o en la Alemania de Hitler fue cierto. Por ejemplo no
creo que la propaganda de Mc Donald afecte la autoestima de los niños. Cuarto, se prohíbe
entregar regalos cuando se consume un bien. Esto sí es una directa intervención
en la empresa privada.
La debilidad del octavo artículo radica en dos
puntos centrales: primero, no define qué comida no es saludable, segundo, asumiendo
que está definida la lista de bienes no saludables, se tendría que revisar toda
la publicidad. Esto es imposible porque ésta sería interminable y crearía
pérdidas en las empresas. Tomemos como ejemplo la venta de autos nuevos. ¿Acaso
la publicidad de éstos no es discriminatoria? Por supuesto que sí, y sucede en
la mayoría de bienes y artículos. Es una característica propia del mercado
donde cada uno paga lo que puede, sin embargo la competencia permitirá una
mayor variedad de bienes.
Ante tal situación se vuelve imposible evitar esta
diferenciación o segmentación de clientes a menos que se prohíba la circulación
de autos nuevos y que sólo lo hagan los viejos al mejor estilo de Cuba. Ni que
hablar de los viajes al extranjero, de las casas, celulares, equipos de música,
televisores, etc. En fin toda la publicidad sería afectada.El octavo artículo nos dice que los mensajes publicitarios deben ser claros, objetivos y pertinentes debido a que los niños pueden ser engañados fácilmente. Otra vez, los padres de familia simplemente no existen o son incapaces de poder determinar que hace daño a un niño.
Ante esto, Gastón Acurio no puede cantar victoria porque al ser uno de los promotores de la comida peruana, estaría violando esta ley dentro y fuera del país teniendo en consideración que la comida peruana, por muy rica que sea, tiene componentes que no son tan sanos que digamos como es el caso del pan con chicharrón, la sangrecita y los anticuchos, por no decir más.
Esta ley viola la libertad de las personas a decidir que consumir. Esto queda evidente cuando en el sexto artículo se plantea que el Ministerio de Educación será el que defina la lista de alimentos que son saludables para cada edad, y a su vez sean éstos los únicos autorizados a ser vendidos en los kioskos de los colegios.
¿Estamos en el caso de la novela de George Orwell donde el hermano
mayor se preocupaba de todos los ciudadanos hasta el extremo que éste decidía
que tenía que hacer cada uno de tal manera que la gente esté convencida que es
lo mejor para todos? Espero que no.