21 feb 2013

El tipo de cambio en América Latina: el caso de Venezuela


En los últimos años es casi una costumbre ver que el tipo de cambio en el Perú mantiene una tendencia decreciente.



Dic 10
Dic 11
Dic 12
Ene 12
5 feb 13
12 feb 13
Brasil
1.66
1.86
2.05
1.99
1.98
1.97
Argentina
4.1
4.73
6.78
7.89
7.56
7.65
México
12.36
13.95
12.86
12.71
12.63
12.69
Chile
468
519
478
471
472
471
Colombia
1915
1936
1766
1775
1787
1779
Perú
2.807
2.697
2.552
2.576
2.578
2.572

Fuente: Estadísticas del BCRP

Si observamos la tabla de arriba encontramos que  en países como el mencionado anteriormente, Colombia, Chile, México y Brasil tuvieron una apreciación de su moneda. Por ejemplo los casos más notorios son los de Perú y Colombia, mientras que en otros países la disminución fue muy ligera.

Sin embargo en la Argentina, la tendencia fue creciente contra todo pronóstico si lo vemos desde una perspectiva de una economía ordenada y sin inflación.

Vemos así que en diciembre del 2010 el tipo de cambio en la Argentina fue 4.1 pesos por dólar y al 12 de febrero del presente año alcanzó un valor de 7.65 pesos por dólar.

En el caso de Venezuela, en los últimos días los diarios publicaron una serie de noticias relacionadas a la gran devaluación de la moneda nacional pasando de 4.3 a 6.3 bolívares por dólar habiendo sido inclusive felicitado por el mismísimo Fondo Monetario Internacional. La variación del tipo de cambio oficial no se hacía desde el año 2011. Sin embargo existe otro tipo de cambio que es informal o callejero como se le denomina en Lima  el mismo que está alcanzando casi los 20 bolívares por dólar.

El Noticiero Televisa, el 8 de febrero del 2013, dijo que esta devaluación favorecería las finanzas de la empresa estatal Petróleos de Venezuela PDVSA pero que sin embargo presionaría la elevación de los precios teniendo en consideración que en el año 2012 la inflación fue aproximadamente 20%.

Tal como señaló el diario El Expreso de Lima el 17 de febrero del presente año muchos empresarios de países como Colombia, Estados Unidos, México, Bolivia, Panamá y Nicaragua están preocupados por la sencilla razón que, por un lado, sus productos se vuelven más caros a los ojos de los venezolanos, y por otro lado, los productos venezolanos se vuelven más baratos para los países mencionados anteriormente.

Lo sorprendente es que en cuatro años el tipo de cambio aumentó en 193% aun siendo un país exportador de petróleo. Y si se considera el periodo desde que Chávez asumió el poder, la devaluación alcanzó la cifra récord de 992% (Daniel Lozano, diario La Nación, Buenos Aires, 9 de febrero 2013).

Luego de leer estas líneas nos podemos dar cuenta que Venezuela tiene un política cambiaria muy parecida a la que tuvo Perú en la década de los años setenta y ochenta que se caracterizó por un tipo de cambio fijo, inflación, la aparición de un mercado negro de dólares y un gran endeudamiento público (Venezuela ha llegado al  54% del PBI, La Nación 9/2/2013).

 La pregunta es la siguiente:

«¿Cómo puede ser posible que Venezuela cometa el mismo error de mantener el tipo de cambio fijo en una economía con inflación y sabiendo de antemano que todo esto llevará a una explosión en el mercado cambiario teniendo como experiencia varios países de América Latina en las décadas anteriores? ¿Qué hicieron para llegar a esta situación?»

La respuesta es la siguiente:

«una política monetaria expansiva para financiar el déficit fiscal lo que eleva los precios de la economía y por tanto al tipo de cambio que es un precio más. Si a esto se suma que se controla el tipo de cambio nominal entonces, el tipo de cambio real se reduce provocando que las exportaciones sean cada vez menos competitivas.»

Venezuela no ha evolucionado en cuanto a política económica se refiere, pues sigue con una ideología de que existe una mente humana que puede visualizar la solución del problema económico de los venezolanos y lo único que consigue es volver más pobre al pueblo.

¿Qué debe de hacer Venezuela? Dejar de gastar más que sus posibilidades, corregir el déficit fiscal y no emitir más dinero del que demanda la economía, y dejar libre al tipo de cambio, algo que Chávez nunca haría.