Jorge Secada,
profesor de filosofía de la Universidad de Virginia, publicó un artículo en el
diario 16 de la ciudad de Lima, el día 29 de junio del 2013, sobre el proyecto
de ley universitaria que está debatiéndose actualmente.
Una de las ideas más
interesantes es la diferenciación entre dos tipos de universidades y que
justamente el proyecto de ley universitaria no considera: aquellas que tiene
como objetivo la generación de conocimiento haciendo partícipe a los profesores
y alumnos, llamada por el autor universidades
verdaderas, y la otra, que está concentrada más en generar utilidades
contables, denominada negocio
universitario. En estos dos temas
nos concentraremos por ahora.
El autor nos dice que
la calidad educativa de la mayoría de las universidades peruanas es pésima, término
quizás un poco drástico, por no decir menos. El planteamiento del profesor Secada es que toda universidad donde
sus líderes actúen y conduzcan a ésta como un negocio nunca podrá ser buena. Para
poder profundizar en este planteamiento y para que usted amigo lector también
pueda sacar sus propias conclusiones reproducimos tres párrafos:
1.- “Los negocios universitarios son negocios. Es decir, su
finalidad única es hacer dinero. Hacen dinero vendiendo servicios educativos.
Hay diferencias de calidad entre estos
negocios y sus productos, como en cualquier negocio pero todos son iguales en
cuanto que todos son negocios. Si no hacen dinero, si sus costos son mayores
que lo que pagan quienes les compran sus servicios, van a cerrar…….van a buscar
maximizar sus utilidades”
2.- “Las otras universidades, las asociaciones sin fines de
lucro, buscan otra cosa, cultivar la vida del intelecto. Ese es su propósito
fundamental, al punto que invierte en negocios, para generar dineros y
subsidiarse. Estas universidades son depositarias y productoras de alta
cultura. Sus funciones docentes no pueden desligarse de éste, su papel
fundamental. Las verdaderas universidades educan asimilando al estudiante al proceso creativo. En ellas se despliega
libremente la vida del espíritu. Son nuestra conciencia crítica. Sin ellas nos
empobrecemos todos…….”
3.-“Los negocios les pagan a sus profesores por hablar frente
a una clase, generalmente por las horas que hayan dictado. Las verdaderas
universidades los albergan, les conceden contratos sin término y les pagan por
pensar y crear, por articular y desarrollar ideas, por imaginar hipótesis,
formularlas y concebir las maneras en que se pueden refutar o verificar. En una
se enseña impartiendo conocimiento aprendidos de un libro escrito por otros. En
las otras viven y enseñan quienes han escritos libros”.
Retornando al
análisis, en el primer párrafo el autor define un tipo de universidad que
solamente tiene como objetivo la creación de dinero o las utilidades contables.
Si recurrimos a la ciencia económica, el objetivo de los empresarios es obtener
ganancias económicas, sin embargo para lograr tal fin tendrá que competir de
tal manera de convencer a la gente que consuman su producto, lo que implica un
esfuerzo empresarial por satisfacer cierta necesidad insatisfecha de los
individuos.
En esto influye
mucho la calidad del producto y no solamente el precio como suele hacerse. En
otras palabras, el asunto empresarial no acaba con el deseo de hacer dinero,
sino, de ofrecer a las personas bienes o servicios de tal manera que éstos
deseen nuevamente consumirlos en medio de una competencia. Ésta es la condición para que los mercados se
desarrollen normalmente.
Ahora bien, ¿se
puede aplicar todo esto a la universidad privada que tiene un dueño que es un capitalista?
La respuesta es sí. Obviamente que
algunas universidades sí se esfuerzan por mantener un buen nivel académico,
pero desafortunadamente otras no lo hacen y al final dan la imagen que todas
las universidades privadas son vista solamente como un negocio dejando de lado
la razón de ser que es la educación. Así, su producto no será bueno y esto será
reconocido en el mercado de trabajo.
Quizás el dueño
haga mucho dinero y la universidad tenga muchos alumnos y grandes campus
universitarios, pero también es posible que esté lejos de lograr cierto prestigio académico. Todo esto se verá
reflejado en la percepción que tienen las grandes empresas sobre los jóvenes
recién graduados.
Secada seguramente
se está refiriendo a este tipo de institución que se caracteriza por tener una
gran cantidad de alumnos y de profesores contratados por horas, muy poca o casi
nada de investigación por parte de su reducida planta académica, si es que
existe, estandarización en la enseñanza sin libertad de cátedra, poca exigencia
académica y otros atributos más.
Como bien sabemos, en
una economía de libre mercado tenemos libertad para elegir pero también existe
la posibilidad que seamos engañados inclusive estafados. Es por tal motivo que la
comunidad debe estar bien informada sobre la calidad educativa de cada una de
las universidades donde desean que sus hijos se formen. La información existe
pero muchas veces no está al alcance de toda la gente.
Es necesario
difundir las encuestas que se publican relacionadas a determinadas carreras. Por
ejemplo, la universidad Ricardo Palma no figura como la mejor sin embargo su
facultad de arquitectura destaca sobre el resto liderando el índice de
empleabilidad desde hace varias décadas. Igual sucede con la medicina humana en universidades
como San Marcos y la Científica del Sur, por no citar otras facultades. Éstas
luchan por ganar prestigio compitiendo con otras tratando de convencer a la
sociedad que son las mejores en su especialidad o que tienen muy buen nivel
académico. Las que no lo hacen se quedan rezagadas.
En cuanto al
segundo párrafo, existen universidades cuyo objetivo es la generación de
conocimiento. Esto es ideal y se presenta en algunas empresas privadas donde se
investiga para obtener nuevos productos y ganarle a la competencia. Estas
personas deberán tener resuelto su problema económico para que puedan tener el
tiempo y la tranquilidad necesaria para
ser creativos.
Tomemos otro
ejemplo, me refiero a las universidades nacionales. Es conocido que los
profesores de carrera no tienen unas remuneraciones adecuadas y esto se sabe por
las huelgas que han venido realizando en los últimos años. Luego, aun teniendo
las condiciones para ser una verdadera
universidad no lo pueden ser por la
sencilla razón que no cuenta con los recursos mínimos. En tal sentido, ninguna
institución educativa está exenta del problema económico: tarifas que deben
cobrar a sus alumnos, remuneraciones de sus profesores, preferencias de la
gente, competencia. Luego, podríamos decir que la verdadera universidad también se desenvuelve como una empresa o
negocio por muy altruista que sea.
El tercer párrafo
se relaciona con el trato que algunas universidades le dan a sus profesores;
mientras que en algunas éstos son considerados piezas de un engranaje y
trabajan por horas, en otras, son el alma de la universidad en el sentido que
tienen contacto directo con los alumnos, educándolos, formándolos y creando una
relación intelectual profesor alumno con la única finalidad que éstos
desarrollen sus máximas capacidades intelectuales. En el primer tipo de
universidad, los profesores enseñan en varias universidades y no profundizan en
sus materias, en las otras, están a dedicación exclusiva y se especializan.
Me parece que las
universidades que solamente se han enfocado en las utilidades contables y que
han dejado de lado la generación de conocimiento deben aprender de las otras
universidades que sí lo hacen. Lo más importante debe ser la formación del
alumno no solamente como profesional sino como persona. No olvidemos que el
verdadero cliente es la sociedad, y el producto es el alumno graduado.
Toda institución
educativa sea privada, estatal o asociación sin fines de lucro, necesita
comportarse como una empresa o negocio por la sencilla razón que no puede
desligarse del factor económico y de gestión. Sin embargo deben definir su
objetivo académico y tener un mínimo de calidad educativa. Cómo nos enseñó
Abraham Lincoln “no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Tarde o
temprano se sabrá si una universidad cumple con formar bien a sus alumnos. El
mercado nos dará la información al respecto.
Si solamente se
busca maximizar las ganancias tendrán que expandir su capacidad instalada,
tener más alumnos, una mayor cantidad de profesores y volverán más complejo el
proceso educativo bajo el riesgo que sean víctimas de los rendimientos decrecientes
de escala.
Así, el afán de lucro
hace que la educación se vuelva masiva y
nada individualizada y disminuya la calidad educativa. En todo caso, una
universidad debe tener un tamaño óptimo de planta, como nos enseña la
microeconomía. Este tema es muy
debatible y requiere una seria investigación con la única finalidad que la
población no sea sorprendida.
Con la única
finalidad de contribuir en el tema, planteo algunos índices de tal manera que
permita una comparación entre universidades, facultades y correlacionarlos con
la calidad educativa: cantidad de profesores por horas entre cantidad de
profesores a tiempo completo; cantidad
de profesores con doctorado entre cantidad de profesores sin doctorado; número de
universidades que enseñan los profesores contratados por horas; cantidad
de horas de enseñanza de los profesores
contratados por horas entre la cantidad de horas de enseñanza de los profesores
a tiempo completo.
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